Todas las empresas necesitan mantener sus activos en condiciones de uso normal, evitando tiempos de subactividad no deseados como consecuencia de una avería sobrevenida. Esta necesidad determina el diseño de dos tipos de mantenimientos: el mantenimiento preventivo y el correctivo.
El mantenimiento preventivo es aquel que se realiza de manera planificada con el objetivo de evitar la avería inesperada de un activo productivo. Tiene una gran importancia dentro de las empresas y resulta imprescindible para su buen funcionamiento y su eficiencia.
Aunque hagamos una correcta planificación del mantenimiento de los activos, nunca estaremos exentos de que se produzca una avería no deseada y, en este caso, nos encontraremos con la necesidad de aplicar un mantenimiento correctivo (el destinado a la reparación de averías no previstas). Ambos tipos de mantenimiento conviven necesariamente, pero apostar por un buen mantenimiento preventivo es sinónimo de reducir el correctivo y alargar la vida útil de los activos.
No apostar por este tipo de mantenimiento o diseñarlo de manera errónea puede provocar situaciones negativas para la organización. Algunos responsables piensan que, aunque es una buena idea, el esfuerzo que supone su diseño y posterior gestión, no les compensa porque no ven los beneficios directos de una decisión de este tipo.
Estos son algunos de los errores que cometemos cuando no priorizamos la implantación de un sistema de mantenimiento preventivo:
En cualquier organización existe una gran cantidad de activos necesarios para su correcto funcionamiento. Entre estos activos se establecen distintos tipos de relaciones, de forma que tenemos:
En todos estos casos, la planificación de las tareas de mantenimiento nos permiten aprovecharnos de las relaciones entre los activos de forma que podamos conseguir, de forma clara, una reducción de las horas en las que los activos estén parados, ya que nos permite mejorar la eficacia y eficiencia de nuestras acciones.
En este sentido, es un error ver las diferentes máquinas como elementos individuales ya que, como parte integrante de un sistema, constituyen elementos interrelacionados entre sí, y, por tanto, no tiene sentido realizar un plan de mantenimiento diferente a cada una. No tiene sentido mantener en perfecto estado de uso una maquina crítica para la fabricación de un producto, si no hacemos lo mismo con otras maquinas auxiliares sin las cuales no podríamos finalizar las siguientes fases del proceso productivo.
Existen elementos de una empresa que necesitan un mantenimiento con unas características específicas. Esta situación supone en muchos casos
La contratación de personal destinado al mantenimiento de los activos de la empresa suele ser una buena decisión cuando se necesita intervenir directamente sobre la priorización de las distintas acciones (máximo control) y cuando el volumen de horas previstas para estos menesteres, y para un perfil de de desempeño determinado, son suficientes.
En ambas situaciones, la planificación de las tareas de mantenimiento nos permiten:
Por todos estos motivos, podemos decir que los requerimientos de personal que requiere la gestión de mantenimiento preventivo no sólo no supone la contratación de un mayor número de personas, sino que además, supone una mayor racionalización, lo que supone un mejor aprovechamiento y control del proceso.
El mantenimiento preventivo supone una gestion racional y eficiente para sacar el máximo partido al rendimiento de los activos empresariales. No obstante, esto no implica la despreocupación de otro tipo de acciones, ya que como se desprende de lo expuesto anteriormente, ya que no solo será necesario acometer acciones de mantenimiento correctivo (por imposibilidad de prever todo), sino que además, es necesario realizar acciones de mantenimiento de uso.
Por tanto, no sólo se debe realizar el mantenimiento en momentos puntuales o planificados, en realidad, todos los elementos productivos requieren de una atención constante y de una serie de acciones que ayuden a que funcionen correctamente en cada momento de uso.
La formacion del personal que utiliza una maquina debe contemplar tanto su funcionalidad productiva como las acciones de mantenimiento por uso, de forma que los errores humanos se reduzcan y así el mantenimiento del elemento sea constante. Hay que dar la misma prioridad tanto a la funcionalidad como al mantenimiento de cualquier elemento.
El mantenimiento preventivo consigue, entre otros beneficios, dos que resultan indiscutibles:
Teniendo en cuenta estas consideraciones, es difícil pensar que el mantenimiento preventivo pueda ser más costoso que las consecuencias de un paro de actividad no previsto que afecte a un proceso principal de la empresa. Por tanto, debemos hacer previamente un análisis de los costes en los que no estamos dispuesto a incurrir por las consecuencias que tendría en nuestro negocio.
Implantar y gestionar un sistema de mantenimiento preventivo no implica una inversión importante. Para garantizar el éxito de un sistema de este tipo es importante tener presente 2 consideraciones:
El registro de los datos y su posterior análisis permite mejorar el conocimiento de aspectos que difícilmente son apreciables sin un sistema informático. Este tipo de software suele consistir en un módulo adicional del ERP, por lo que suelen ser soluciones que requieren un bajo nivel de inversión.
Como dice el dicho, “prevenir es mejor que curar”, y por ello apostar por el mantenimiento preventivo implica que se reduzcan el número de averías no deseadas.
Estas son algunas de las razones por las que es una buena idea tener en cuenta este tipo de mantenimiento y darle la importancia que se merece.
1. Reducción de las averías
Sin lugar a dudas la principal razón que lleva a las empresas a escoger este tipo de sistema es reducir un gran número de averías, es decir, que no haya que recurrir al mantenimiento correctivo. Sustituir las piezas que llegan al final de su vida útil, mantener la maquinaria correctamente engrasada o vigilar que todo funciona de manera óptima son tareas sencillas que permiten evitar males mayores, sin necesidad de tener que esperar a que las situación nos obligue a actuar.
2. Menor coste en reparaciones.
Una correcta prevención permite alargar la vida útil que tienen todos los activos de la empresa, se evita cambiar tanto los diferentes elementos que forman el activo como a él mismo. Esto implica reducir la inversión necesaria en la renovación o sustitución de los diferentes elementos, ya que esta es una de las grandes partidas en la que las empresas invierten buena parte de su presupuesto.
3. Reducción de inactividad por reparación
Parar un área de la empresa, debido a la intervención correctiva de un activo productivo, implica reducir la producción y por lo tanto perder dinero. El mantenimiento correctivo no entiende de horarios, pero el predictivo permite que las tareas se realicen en el momento más adecuado para que afecten lo menos posible al resto del funcionamiento de la organización, como por ejemplo un parón vacacional, etc...
Apostar por un correcto mantenimiento preventivo en ningún momento elimina la necesidad de un mantenimiento correctivo pero sí reduce su frecuencia o la importancia del mismo. Realizar una buena gestión, seguir los planes fijados y contar con los técnicos adecuados es un sinónimo de garantía a la hora de realizar un buen plan de mantenimiento.
Autor: Francisco Ramírez y Equipo DATADEC