Una empresa es un sistema que cuenta con una estructura organizativa y unas metas a cumplir que le permitan competir en un entorno cada vez más cambiante y complejo.
Vamos a ver en este post qué factores del entorno pueden influir en las actividades de nuestra empresa y los efectos que éstos pueden producir, y lo más importante, contar con una serie de indicadores que nos alerten de que se están produciendo estos cambios y cómo adaptarnos a ellos.
De acuerdo a la metodología PEST, los principales factores externos que influyen en la gestión de una empresa son: el factor Político, el factor Económico, el factor Social y el factor Tecnológico.
El entorno político afecta ineludiblemente el desempeño económico de las empresas ya que pueden imponerse normas que restrinjan o limiten sus transacciones comerciales.
Por ejemplo, cambios en las políticas de comercio exterior pueden afectar a la estructura de costes de las materias primas de una empresa, o si por ley se establece que las empresas no pueden incluir un determinado químico en sus procesos productivos, la estructura de costes también se vería afectada.
El macroambiente económico en torno a una empresa, es un factor que puede afectar la microeconomía de la misma. Por ejemplo, una reducción de las tasas de interés puede provocar que se puedan financiar los activos más cómodamente y aumentar la capacidad de producción.
También es cierto que en ambientes económicos prósperos los consumidores son más propensos a gastar más dinero, pero durante una recesión, las ventas se ven afectadas a la baja.
Los factores sociales que afectan el entorno económico de una empresa son las influencias culturales de la época, tendencias a nivel de consumo, modas y costumbres.
Si una empresa diseña y fabrica un determinado producto siguiendo las tendencias de la moda equivocadas, la empresa no tendrá éxito en sus ventas.
La innovación y la tecnología afectan a los entornos empresariales ya que a medida que la tecnología avanza, una empresa se ve obligada a adquirirla, de lo contrario perderá competitividad, poder de mercado y se verá obsoleta.
En otras palabras, las empresas que no se mantienen tecnológicamente al día, se arriesgan a un aumento de los costes de producción y a precios más altos.
Existen múltiples consecuencias derivadas de la acción externa de estos factores en la actividad de las empresas.
Es fundamental contar con herramientas tecnológicas que nos ayuden a detectar esas anomalías producidas por la influencia de los factores externos.
Un sistema de planificación de recursos empresariales, ERP (del inglés, Enterprise Resource Planning), es una herramienta tecnológica que junto con herramientas de inteligencia de negocio, BI (del inglés, Business Intelligence) nos ofrecen indicadores que nos pueden alertar de las consecuencias que provocan estos factores externos y así poder adaptarnos o combatir dichos cambios.
Gracias a que los ERPs integran en único sistema de información todas las gestiones de la empresa, nos permite contar con los datos que necesitamos para construir indicadores (KPIs) a lo largo de la cadena de valor de la empresa.
Vamos a ver en este artículo 5 ejemplos de distintos indicadores que nos pueden informar de un problema generado en nuestro entorno, gracias al uso de un ERP y a los cuadros de mando generados con la herramienta de BI.
Nuestro entorno afecta directamente al buen (o mal) desarrollo de la actividad de nuestra empresa. Es necesario evaluar los principales elementos externos que influyen en nuestro negocio, para facilitamos la toma de decisiones acertadas.
Contar con indicadores que nos alerten de los cambios en nuestra actividad es un factor clave para saber qué está pasando y así actuar en consecuencia. Un sistema ERP que además se apoye en herramientas de inteligencia de negocios será la herramienta más indicada para conseguirlo.
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Equipo DATADEC