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Antes de abordar la problemática del mantenimiento es interesante hacer una reflexión para situar en contexto el tema a tratar en este post. En este sentido, cabe recordar que el objetivo principal de cualquier empresa es el de desarrollar una actividad que le reporte un retorno satisfactorio de la inversión. Para lograr este fin, las empresas suelen apoyarse en activos de distinta naturaleza y funcionalidad, para hacer llegar su propuesta valor al cliente en las condiciones deseadas.
Pues bien, dicho esto, el mantenimiento lo constituyen las tareas que van a velar por asegurar que los activos mantengan los niveles de funcionamiento y uso para los que fueron adquiridos, de forma que aporten la utilidad deseada a la empresa. Es por este motivo, que en algunos ambientes se refieren a la gestión de activos cuando analizan la gestión del mantenimiento, aunque para nosotros, dicha distinción introducida por el mundo académico, carece de todo interés práctico.
De acuerdo con lo dicho, podemos destacar dos aspectos importantes de la función del mantenimiento sobre los activos de empresa:
Podríamos decir que deberemos realizar tareas de mantenimiento a nuestros activos siempre y cuando el coste estimado de mantener dichos activos no sea superior a los beneficios que es capaz de generar de acuerdo con las expectativas que justificaron su adquisición. De lo contrario, se debería analizar esta situación.
Situado el tema en contexto, es importante clasificar las distintas situaciones en las que nos podamos encontrar a fin de identificar los distintos escenarios en los que se gestionará el mantenimiento de activos, de forma que podremos determinar los distintos requerimientos de gestión. Para ello, vamos a proponer los siguientes criterios de clasificación:
Cuando nos referimos al tipo de intervención tratamos de diferenciar 2 situaciones:
Cuando nos referimos a la organización del proceso, nos referimos a quién dirige la tarea de mantenimiento, de forma que tratamos de diferenciar 2 situaciones:
Cuando nos referimos al tipo de actividad, nos referimos a la relevancia que ocupa el mantenimiento en la cadena de valor de la empresa, de forma que tratamos de diferenciar 2 situaciones:
Combinando estos tres criterios de clasificación podemos llegar al siguiente cuadro:
Donde:
De acuerdo con este planteamiento vamos a analizar ambos grupos con mayor detenimiento.
De acuerdo con nuestro planteamiento anterior, vamos a englobar en este epígrafe aquellas tareas de mantenimiento, referidas tanto a intervenciones correctivas como preventivas, siempre y cuando sean tareas dirigidas por nuestra empresa como acciones complementarias a nuestra actividad principal para asegurar el buen funcionamiento de los activos objetivo.
Dado que nuestro objetivo será siempre minimizar la cantidad de horas de paro no planificadas (o no deseadas) de nuestros activos, prevalecerán siempre las acciones de tipo preventivo sobre las de tipo correctivo, aunque estas últimas nunca podrán eliminarse porque es imposible atender todas las circunstancias que provocan una avería.
Vamos a analizar ambos planteamientos de intervención.
1.- Gestión de mantenimiento preventivo.
El mantenimiento preventivo es aquel que se enfoca en garantizar el buen estado del equipo a partir de un plan de trabajo que evite que se produzcan averías. Este es el mantenimiento más eficiente para garantizar el buen estado de los equipos con el menor coste. Se realiza de forma rutinaria, en base a las instrucciones técnicas del fabricante, con el fin de alargar todo lo posible la vida útil de las máquinas y reducir o evitar que se produzcan averías importantes, las cuales son costosas y dejan a los activos (maquinaria, etc…) fuera de uso durante un tiempo no planificado, afectando al rendimiento de otros activos afectados por el flujo del proceso de trabajo.
Las características de este tipo de mantenimiento son:
Las ventajas principales son:
El mantenimiento correctivo, es aquel destinado a resolver un fallo o avería en un activo. Consiste en devolver al activo a su condición operativa de uso normal. Este suele ser el tipo de mantenimiento más común en las empresas, ya que o bien se ha descuidado el preventivo, o bien porque no es posible asegurar al 100% la eficacia de este. Cuando las inspecciones y controles rutinarios no han logrado prever las posibles averías, comienzan a aparecer los problemas funcionales.
Las características de este tipo de mantenimiento son:
Las ventajas principales son:
Las empresas pueden ayudarse de un software ERP que incluya un módulo de gestión del mantenimiento. El software ideal para agilizar los procesos debería incorporar, entre otras, las siguientes funcionalidades:
De acuerdo con nuestro planteamiento anterior, vamos a englobar en este epígrafe aquellas tareas de mantenimiento, referidas tanto a intervenciones correctivas como preventivas, siempre y cuando no sean tareas dirigidas por la empresa propietaria de los activos a intervenir, y que constituyan la actividad principal o formen parte de la propuesta de valor de la empresa que realiza estas tareas.
Normalmente son empresas de servicio técnico que desarrollan las tareas que les permite controlar el servicio de garantía, reparación y mantenimiento que prestan a otras empresas.
Las características de este tipo de mantenimiento son:
Por lo general, un servicio técnico de reparaciones suele estar compuesto por un equipo de profesionales de diferentes departamentos con entornos de trabajo y tareas diferentes entre sí:
La cantidad de personal y la complejidad de las tareas varía mucho en función de cada Servicio de Asistencia Técnica (SAT) y de sus necesidades. Un factor crítico de una empresa de este tipo es contar con una organización eficiente de todo su equipo de profesionales, y para ello, es vital contar con las herramientas adecuadas y un mínimo de disciplina a la hora de documentar todos los pasos realizados, ya que solo así se puede dar un excelente servicio de asistencia técnica.
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