La excelencia en la gestión de la logística integral de una empresa determina su nivel de competitividad en el mercado.
Internet, la globalización y el desarrollo de nuevas economías a nivel mundial han provocado un increíble aumento del comercio internacional. En consecuencia, las empresas que antaño apenas soñaban con llegar a tener un limitado alcance a nivel nacional, se encuentran con que, desde la puerta de su almacén, pueden llegar a cualquier cliente residente en cualquier lugar del mundo. Como resultado de esta situación, nuestras empresas deben sobrevivir en mercados cada vez más competitivos que requieren a las compañías la implantación de medios tecnológicos cada vez más eficaces de manera que sus diferentes procesos alcancen niveles de alta eficiencia. En este entorno, una de las áreas clave que más desarrollo ha generado, y que más atención ha reclamado, ha sido la gestión logística.
Hoy en día nadie pone en duda que la organización de la cadena de suministro en todos los niveles de la empresa supone una clara ventaja competitiva que en ocasiones, incluso está por encima de las propias características del producto. A menos que hablemos de un mercado monopolístico, cada vez con más frecuencia, la satisfacción del cliente se produce más por la eficiencia de la cadena de suministro de una empresa que de los productos que proporciona. Ante dos productos similares, el cliente tiende a comprar en la distribuidora “X” porque confía en la gestión logística de ésta, sabe que mañana, sí o sí, el producto adquirido aparecerá en la puerta de su casa, incluso aunque cueste un poco más. Desde el punto de vista del cliente; comprar y disfrutar a corto plazo, esa es la cuestión.
Entendemos la gestión logística, o de la cadena de suministros, como la parte de la empresa que se encarga de dirigir y coordinar los distintos procesos que intervienen en su cadena de suministro. Muchos recursos, conocimientos y actitudes deben ponerse a disposición de las compañías y coordinarse adecuadamente para llevar a cabo una buena gestión de la función logística que se desvela como una tarea multidisciplinar que puede dividirse en varias partes claves:
Los diferentes requerimientos técnicos y funcionales que cada una de esas áreas de actuación, obligan a las empresas a abordar la mejora de cada una de ellas por separado pero nunca de forma independiente, es decir, todas las áreas de actuación estarán sometidas a mejoras de diversa naturaleza atendiendo a sus necesidades particulares, pero lo harán de forma conjunta y coordinada dentro del marco de actuación empresarial, aunque pertenezcan a departamentos diferentes. De no hacerse así, la optimización de un área logística de la empresa podría implicar el deterioro de otra u otras.
Esta mejora conjunta de las diferentes partes de la gestión logística puede suponer una clara ventaja competitiva que además producirá beneficios claros y directos en un horizonte corto de tiempo. Veamos cómo.
Poner el énfasis en mejorar la gestión logística conlleva alcanzar nuevos beneficios fácilmente identificables y que se pueden medir con facilidad. Vamos a ver algunos de ellos:
Tanto si nos referimos a la demanda del cliente final, a la de nuestras plataformas logísticas o nuestras tiendas, como si nos referimos a la demanda y requerimientos de nuestros procesos internos en planta, el coste del transporte (casi un tercio del coste total logístico) puede llegar a comprometer la competitividad de un producto. Por ello la gestión del transporte y la distribución debe ser eficaz en todas sus áreas. Hoy en día los clientes pueden rechazar un producto sólo porque tarden demasiado en recibirlo pese a ser extraordinariamente barato. No en vano en los últimos años hemos podido observar a gigantescas cadenas de distribución orientales aproximar las ubicaciones de sus centros de distribución al cliente final, acortando plazos de entrega, aunque ello suponga un incremento del precio final del producto.
En la gestión logística intervienen muchos factores clave interrelacionados entre sí, no en vano cuando hablamos de la cadena de suministro nos referimos siempre a la óptima gestión de la logística integral. No es aconsejable abordar por separado la optimización de una parte de los procesos dejando de lado otros ya que con toda probabilidad y en contra de lo que se suele creer; mejoras aisladas en los procesos de un extremo de la cadena no provocarán la mejora del resto, sino que más bien los perjudicarán. Gestionar eficazmente todos los aspectos de la función logística como son las compras y los aprovisionamientos, los niveles de stocks, la planificación de la producción y el transporte y la distribución, nos permitirán optimizar correctamente nuestra logística integral, tendremos una gran ventaja competitiva y nos permitirá reducir notablemente nuestros costes.
*House photo created by freepik - www.freepik.com