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En las últimas décadas el aumento vertiginoso de las devoluciones de productos por parte de compradores, impulsadas principalmente por el ecommerce y, como no, la preocupación por el medioambiente, ha pasado de ser un asunto marginal a ser una cultura de masas. Las empresas, presionadas por el mercado, la legislación y por los cambios de mentalidad del consumidor, han tenido que incluir dentro de su propuesta de valor todas las soluciones a los problemas que plantea este nuevo concepto económico llamado economía circular.
Esto, ha obligado a cambiar el horizonte de la operativa productiva y de distribución hacia la posibilidad del reciclaje y retorno de las mercancías, lo que implica no sólo asignar recursos y mejorar procesos, sino también la reducción del impacto ambiental de todo lo que debe suceder cuando finalice la vida útil de los productos. Un cambio de paradigma que supone afrontar nuevos retos y oportunidades desde la perspectiva logística.
Para explicar mejor el alcance de este nuevo horizonte, es esencial definir qué es la logística inversa y cómo se integra en este contexto.
Tabla de contenidos:
¿Qué es la logística inversa?
Según la definieron Rogers y Tibben-Lembke en 1999 la logística inversa consiste en: “El proceso de planificación, ejecución y control de forma efectiva y eficiente, del flujo de las materias primas, inventario en proceso, productos terminados e información relacionada, desde el punto de consumo hasta el punto de origen, con el fin de recuperar valor o la correcta eliminación”.
Este nuevo flujo de referencias aguas arriba (desde el destino al origen), con todos sus puntos y procesos intermedios, es lo que conocemos como logística inversa, pero tiene otras acepciones como: distribución inversa, retrologística o logística de la recuperación y el reciclaje.
Un concepto que supone adquirir nuevas obligaciones, que plantea nuevos problemas, requiere nuevas soluciones eficaces y eficientes y hace surgir nuevas oportunidades. Es decir, requiere afrontar sus propios desafíos como veremos más adelante, pero ahora, veamos con mayor claridad las diferencias que mantiene con la logística directa.
Logística directa Vs. Logística inversa.
Para entender la logística inversa en toda su envergadura, primero necesitamos definir qué es la Logística Directa. Una de las definiciones mejor aceptadas por la comunidad logística es esta del Council of Supply Chain Management Professionals CSCMP del año 2008 que, pese al paso de los años, engloba muy bien todos los aspectos fundamentales de la logística:
“Logística es aquella parte de la Gestión de la Cadena de Suministro que planifica, implementa y controla el flujo directo e inverso y el almacenaje efectivo y eficiente de bienes y servicios, con toda la información relacionada desde el punto de origen al punto de consumo, para poder cumplir con los requerimientos de los clientes”.
Fijémonos en que esta definición ya incluye el concepto de retorno, es decir el movimiento de bienes con el objetivo claro de recuperar parte de su valor, lo que, como hemos mencionado antes, conlleva desafíos específicos que veremos a continuación.
El desafío de la logística inversa.
Gracias al aumento del comercio online, el servicio de retorno se ve obligado a ser cada vez más ágil, rápido y rentable ya que supone un aporte de valor importante debido a que es una cuestión que da seguridad al consumidor, tanto es así que el cliente no comprará si no se le facilita este servicio de retorno a coste cero (para él).
Desde la perspectiva de la logística, este cambio de sentido en el flujo de productos y materiales conlleva multitud de cambios operativos. Citando a Rogers y Tibben-Lembke los más significativos son:
- Tipo de flujo de transporte: la logística inversa se da de muchos a uno.
- Cantidad y calidad del producto: la cantidad y calidad son variables.
- Dificultad de las predicciones: en la logística inversa las predicciones son muy complejas, en muchas ocasiones no dependen de nosotros.
- Costos de las operaciones: Los costos en la logística inversa, como transporte, clasificación y control de calidad, son más altos.
- Gestión del inventario: en la logística inversa es más compleja que en la directa.
Por tanto, si la logística inversa resulta ser un proceso complejo, cuya eficiencia influye directamente en la confianza del cliente y en los resultados financieros de la empresa:
"El desafío radica en hacer que este proceso sea eficiente y rentable"
Veamos cómo podemos lograrlo.
Diseñando un proceso de logística inversa flexible.
Para diseñar un proceso que sea flexible y capaz de adaptarse debemos estudiar y evaluar todos los posibles orígenes y causas de las devoluciones, incluyendo el punto de venta como uno más.
El punto de venta es un punto de origen de la logística inversa pero no tiene por qué ser el único
Es muy importante resaltar que toda la casuística inversa es particular y única de cada empresa. Una estrategia válida en una compañía no tiene por qué ser válida ni eficiente en otra, por tanto, en nuestro análisis, proponemos las cuestiones que nos tenemos que plantear siempre.
- Tipos de retornos que admitimos. Debemos estudiar todas las posibles tipologías de devoluciones que podemos tener y sus motivos. Algunos ejemplos de devoluciones y motivos son:
- Fin de su vida útil. Suelen producirse por cambios de gama, caducidad, todos los tipos de obsolescencias, etc.
- Estacionalidad. Son devoluciones que se producen por mantener un stock no vendido al final del periodo de estacionalidad.
- Errores en las entregas. Son fallos de diversa tipología, direcciones, productos no solicitados, etc.
- Reparaciones. Corresponden a los servicios post venta en garantía, o reparaciones que consigan evitar una devolución con reembolso, por ejemplo.
- Retrabajos. Son más habituales en elementos de producción y semielaborados, son productos que presentan algún defecto no crítico que con un trabajo adicional se retornan al canal habitual de venta.
- Reacondicionamientos. Es muy parecido al anterior pero referido normalmente al aspecto exterior del producto o al de sus embalajes.
- Puntos principales que pueden ser el origen de nuestra logística inversa. Pueden ser de dos tipos:
- Internos. Son aquellos que se inicia el proceso dentro de nuestras instalaciones, incluyendo almacenes y puntos de uso.
- Externos. Son aquellos donde el inicio del proceso de retorno queda fuera de nuestras instalaciones: el cliente final, proveedores, Marketplace, mayoristas, retailers y empresas de transporte cuando producen daños en el producto o su embalaje.
- Decisiones del control de calidad. Debemos de decidir qué debe ocurrir cuando el producto llegue a nuestras instalaciones, y para ello, debemos inspeccionar el producto y determinar el destino del producto en función de su estado:
- Productos inservibles. Son productos no aptos para la venta en ningún canal, se inicia un proceso de reciclaje (desmontaje para aprovechar piezas) o destrucción.
- Productos en perfecto estado. Estos productos no requieren un proceso de reacondicionamiento y se revenderán como nuevos (por ejemplo, exceso de cantidad devuelta).
- Productos para reacondicionar: Estos productos requieren un proceso de reacondicionamiento y abarca diversas tipologías de evidencias que impiden su retorno al canal habitual. Un ejemplo pueden ser los productos defectuosos, embalajes dañados o reparaciones menores debidas a daños en el transporte.
- Decisiones sobre la redistribución al cliente final a través de dos canales básicos. Teniendo en cuenta todas las consideraciones previas, el producto apto para venderse continuará su flujo a través de dos canales de distribución inversa básicos:
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- Canal habitual de venta: para productos que retornan en perfecto estado.
- Canal con descuento: para productos reacondicionados, reparados, con pequeños defectos, daños en el embalaje o usados, entre otros.
Hemos explorado los desafíos y soluciones asociados con la logística inversa y qué puntos debemos estudiar para diseñar un proceso flexible para abordar este flujo inverso de productos, será necesario reflexionar sobre las implicaciones que este cambio de paradigma tiene sobre la gestión de la cadena de suministro.
Conclusiones
La explosión de devoluciones, impulsada por el comercio electrónico y la preocupación ambiental, ha llevado a un cambio cultural y al surgimiento de la economía circular en la logística empresarial. La logística inversa, que abarca el flujo de productos desde el punto de consumo hasta el punto de origen con el objetivo de recuperar valor o eliminar adecuadamente, presenta desafíos significativos en comparación con la logística directa, como la variabilidad en calidad y cantidad, costos operativos más altos y una gestión de inventario más compleja.
La eficiencia es la clave en la logística inversa, ya que influye en la confianza del cliente y en los resultados financieros. Es necesario diseñar procesos flexibles que se adapten a diversos tipos de devoluciones y orígenes. Las decisiones sobre la redistribución a través de canales de venta convencionales o con descuento son fundamentales para maximizar el valor de los productos devueltos y satisfacer las expectativas de los consumidores.
La forma en que debemos recuperar, restaurar, reutilizar o reciclar cada componente, desecho, materia prima, etc., son problemas que plantean nuevos retos, que deben afrontarse por cada empresa de forma diferente, asignando recursos adicionales y haciendo eficientes nuevos procesos.
Según Adenso Díaz, Mª José Álvarez y Pilar González en su libro “Logística Inversa y Medio Ambiente” estos procesos son la reparación, la renovación, el reprocesamiento, el reciclaje (el más conocido), canibalización (como el uso de piezas de desguace en las reparaciones de automóviles) y la reutilización directa (como la de un ordenador desfasado y formateado para su nuevo uso).
La retrologística aparece ya como un argumento de marketing muy poderoso y como una estrategia empresarial muy valorada por el consumidor y por tanto forma parte importante de la propuesta de valor de una compañía. Tener una buena política de logística inversa hace más atractiva a una compañía en algunos mercados como el europeo.
El hecho de que el flujo inverso, y no el vertedero, sea el que cierre el ciclo de vida de un producto, no está exento de obstáculos. Sin embargo, la tendencia es avanzar hacia una cadena de suministro circular, donde el flujo inverso cierre eficazmente el ciclo de vida del producto de manera responsable
Para garantizar una logística inversa eficiente y rentable, es crucial contar con un sistema de gestión de almacenes adecuado.
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