El futuro del almacén esta indudablemente marcado por una gran transformación con relación a los almacenes tradicionales. Existen 3 situaciones que estamos viviendo y que afectan a un futuro prometedor:
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- Los avances tecnológicos relacionados principalmente con la robótica, los sensores de todo tipo (IoT) y el análisis de datos para mejora del conocimiento.
- Desarrollo tecnológico asociado a la impresión 3D.
- La generalización de los prosumidores, o consumidores productores.
De una parte, los increíbles avances tecnológicos que se están desarrollando en todo el mundo auguran un futuro prometedor. Gracias a ellos la visión que se tenía hace unas décadas del almacén como un problema financiero directamente proporcional a su tamaño, ha pasado hoy en día a ser un elemento clave en la generación de valor de la marca, producto o empresa ya que permite ofrecer una calidad de servicio al cliente sin la que, sobre todo en ecommerce, sería impensable sobrevivir en el mercado.
Pero por otro lado la incertidumbre en el futuro del almacén viene también marcada por otras tendencias tecnológicas menos nombradas en logística y en almacenes, quizá debido a que todavía están en incipiente desarrollo y por tanto su impacto actual en el tráfico de mercancías es insignificante. Hablamos de los efectos que en el mercado van a tener avances como el de la impresión 3D”.
Según un análisis elaborado por la División de Análisis Económico y Financiero de ING Bank NV (“ING”) sobre el impacto que tendrá en el futuro la impresión 3D a nivel mundial, se estima que, de mantenerse el ritmo de inversión actual, en las próximas dos décadas el 50% de los productos que consumimos podrían proveer de la aplicación de la impresión 3D a la fabricación industrial. Se estima que para 2040 al menos un 40% del intercambio de productos a nivel internacional habrá desaparecido dado que fabricarlos localmente con este sistema, cuando sea capaz de fabricar en masa y a alta velocidad, será más económico que fabricarlos fuera. La deslocalización se trocaría “relocalización” y esto impactará de lleno en el tamaño, localización y número de almacenes necesarios para regular ese menor volumen de tráfico internacional de mercancías.
El informe sólo habla de la aplicación industrial de este tipo de tecnología, pero desde el punto de vista logístico, ese impacto sobre los almacenes se unirá a los provocados por la entrada en juego de los prosumidores o “consumidores que producen”. ¿Qué ocurrirá cuando la impresión 3D sea tan común en los hogares que permita que ciertos artículos sean susceptibles de ser fabricados directamente en casa del consumidor?
No obstante, incertidumbre no necesariamente tiene que ser un término negativo, más bien al contrario, el futuro del almacén es prometedor a largo plazo. Puede que reduzcan su tamaño y cambien su localización, pero alcanzarán niveles de tecnologización y eficiencia nunca vistos.
Antes se trataba de decidir básicamente entre dos tipos de almacenes: un almacén más flexible que debía soportar grandes costes en mano de obra o un almacén eficiente, es decir, automático que requería una inversión inicial respetable, pero a cambio alcanzaba niveles de eficiencia elevadísimos, sin embargo, para ser viable económicamente se veía abocado a sacrificar flexibilidad.
Características del almacén del futuro
1.- El almacén del futuro será flexible y eficiente
El futuro del almacén pasa por la digitalización de todos sus procesos persiguiendo elevados niveles de automatización y, por tanto, de eficiencia sin pagar el precio de la pérdida de flexibilidad. Por tanto, será una automatización en muchos casos parcial, es decir, aquella que no prescinda del factor humano.
Sin irnos a soluciones futuristas, podemos ver un ejemplo sencillo para el control de la entrada de vehículos a los muelles de carga ayudándonos de una aplicación de teléfono móvil y un dispositivo RFID. La identificación, verificación del transporte, su orden de entrada, asignación de muelle y apertura de puertas se realizan de forma automática colaborando así la tecnología con el ser humano dotándolo de mayor eficiencia en sus procesos.
Podemos lograr que los transportes entren de forma planificada y ordenada gracias a la geolocalización de los teléfonos móviles de los transportistas a través de una App. El transporte esperará en las inmediaciones de su destino a la espera de recibir el mensaje de la App que le indica el momento y lugar por donde debe efectuar su entrada y el muelle asignado. En la garita se le entrega un buscapersonas RFID que, una vez sincronizado con la App, abre la barrera y permite el paso. En cuanto el conductor se ubica en el muelle, se detecta el dispositivo RFID y si es correcto, la puerta del muelle se abre automáticamente para que empiece la descarga. Todas estas operaciones están controladas y sincronizadas por el sistema de gestion de almacén SGA o el sistema ERP.
2.- El almacén del futuro predice el futuro
Gracias a la inteligencia artificial y al procesamiento del Big Data los almacenes serán capaces de anticiparse de tal manera que parecerá que son capaces de anticipar los acontecimientos venideros.
De hecho, Google ya ha probado con éxito en una empresa de ecommerce india, un algoritmo que predice con una eficacia superior al 70 por cien, la probabilidad de devolución de un pedido. La finalidad es aislar las causas probables más frecuentes para corregir aquellas en que se pueda influir y reducir así el porcentaje de devoluciones. Tras la primera prueba en vivo sobre 100.000 usuarios, el algoritmo demostró su eficacia reduciendo un 3 por cien la cantidad de productos devueltos y desvelando las principales causas de devolución. Pero también serán capaces de predecir las compras que van a realizarse, por ejemplo, en una zona geográfica concreta, para poder enviar así de forma proactiva y automática los artículos donde se sabe que serán demandados, esto es al minorista o plataforma de distribución adecuada.
3.- En el almacén del futuro la automatización no sustituye al trabajador
Sino que se enfocará a mejorar su rendimiento. Al menos mientras no sea posible su total sustitución. Robots y “cobots” (colaborativos con el ser humano o robots diseñados para trabajar con personas) se emplearán sobre todo para la gestión de la entrada de mercancías y para el empaquetado saliente. Pero no nos engañemos, esta tendencia a aumentar el rendimiento del ser humano con tecnología es la tendencia actual, la de un mundo en el que los robots todavía no pueden sustituir totalmente a las personas. Pero si nos fijamos en la trayectoria histórica de los almacenes inevitablemente descubriremos que, desde su uso industrial, los almacenes han ido necesitando cada vez menos operarios para su funcionamiento al tiempo que su eficacia aumentaba. Esta perspectiva no debe asustarnos, simplemente debemos asumir que la cualificación del personal que trabajará en los almacenes cambiará a no muy largo plazo.
4.- El almacén del futuro tendrá “dronepuertos”
No parece haber ninguna duda de que determinados productos se distribuirán por el aire. Es posible que no para particulares al principio, al menos no para todos los casos, pero entre empresas proveedoras y sus clientes es algo más que probable.
Distribuir piezas y componentes con drones tiene multitud de ventajas por ejemplo en automoción. La primera ventaja es la espectacular reducción de tiempos de entrega. Un recorrido que un camión tarda en realizar una hora y media, un dron lo realiza en un cuarto de hora. El dron no descansa, no se retrasa por el tráfico y es un medio de transporte sostenible.
Falta por ver si su menor capacidad de carga se compensa con su velocidad y la probabilidad y gravedad de las incidencias que sufran los drones cuando se utilicen en masa, probablemente muy inferiores a las de un camión, pero aún así, los drones no paran de demostrar su eficacia en diferentes campos de la logística en general y del almacén en particular como su utilidad y eficacia superiores para realizar inventarios.
De manera que parece que los almacenes del futuro deberán reconfigurar su superficie para facilitar la entrada y salida de estos medios de distribución todavía en fase de pruebas.
5.- El almacén del futuro será verde.
Es decir, sostenible. Esto es algo que ya forma parte del discurso habitual y nadie lo discute, es como afirmar que un almacén debe tener estanterías. Esto afecta a distintas características de los almacenes, pero una de las mas importantes serán los sistemas de embalajes que deberán transformarse en eco-embalajes.
Conclusiones
La palabra que quizá más define el futuro del almacén hoy en día quizá sea la palabra: incierto. Pero sin connotaciones peyorativas sino más bien todo lo contrario. Incierto en el sentido más positivo posible. Todas las expectativas acerca del almacén parecen ser tremendamente favorables, se habla de enormes avances y cambios en cuanto a la gestión, el aporte a la creación de valor del almacén, su gestión, manipulación, manutención, tecnología, comunicación, información, etc., y sin embargo persiste un alto nivel de incertidumbre acerca de cuál de todos esos avances y mejoras de almacenamiento se desvelará como el de mayor perseverancia.
Dicho de otra forma, ¿qué tecnología quedará como la verdaderamente útil y presente en los almacenes a largo plazo? ¿Drones, robots, cobots, algoritmos predictivos, realidad aumentada. IoT, Big Data, impresión 3D, un avance que aún no se ha hecho visible…?
Apenas podemos predecir lo que va a ocurrir a medio plazo, cuáles serán las necesidades de los consumidores del futuro y en ello se basa todo. Para el almacén esas necesidades y exigencias marcarán su tamaño, ubicación, nivel de tecnologización, configuración y funcionalidades.
Un futuro prometedor pero repleto de cambios y adaptaciones, por ello quizá más que incertidumbre, finalmente nos decantemos por flexibilidad, como la característica que no podrá fallar en el futuro del almacén.
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