DIGITALIZACIÓN EMPRESARIAL ¿QUÉ ES EL BIG DATA?

  • Actualizado: 30 noviembre 2021
  • Publicado por primera vez: 14 abril 2020

digitalizacion empresarial que es big data*

 

Por el momento sólo hemos logrado digitalizar de forma efectiva dos de nuestros sentidos: la vista y el oído. Se trabaja en la digitalización de los otros tres y a buen seguro que en menos de lo que nos creemos esta información se almacenará y transmitirá por la red o la percibiremos gracias a dispositivos sincronizados con ella, pero por ahora esta realidad futura sigue en fase de investigación.

*Photo by Stephen Dawson on Unsplash

Hoy en día y gracias a los dispositivos conectados a Internet podemos hacer de todo: reservar un viaje, un vuelo o un hotel, encargar comida, comprar miles de artículos, visitar una biblioteca, leer una tesis doctoral de cualquier científico del mundo, sumergirnos en un concierto, vivir en primera persona y en 360° un vuelo recorriendo el “Tepuy del Salto del Ángel”, asistir a conferencias, mantener reuniones de trabajo a distancia, visitar cámaras web de todo el mundo, etc. Además, podemos valorar y observar opiniones de otros usuarios sobre cualquier producto o servicio del mercado, rastrear precios, elaborar comparativas o debatir cualquier asunto que nos inquiete.

La ingente cantidad de información ha venido para cambiarlo todo: la forma de intercambiar información y almacenarla, la forma de hacer fotografías y sus momentos, la de trabajar por supuesto, la de comprar, la de mostrarnos al mundo, la de leer, la de informarnos, la de escuchar música, la de promocionar un negocio, todo lo que hace un par de décadas soñábamos con realizar “en un futuro fantástico y lejano” es una realidad cotidiana hoy.

Gracias a que la información disponible en Internet ya no es pasiva y unidireccional y afecta a todos los ámbitos de la vida como a nuestro desarrollo personal, social y cognitivo se ha posibilitado que la sociedad de la información haya dado paso a la sociedad 4.0, la del conocimiento, la que está propiciando cambios en el desarrollo productivo industrial, es decir, la cuarta revolución industrial, el surgimiento y desarrollo de la Industria 4.0.

En este mundo en el que el cliente domina la información y, por ende, la situación, las empresas asumen el reto de seducir a estos clientes y para ello deben servirse del Big Data en dos direcciones claras. Por una parte, la recopilación y procesamiento de datos útiles que permitan ser capaces de proporcionar al consumidor la información necesaria para la toma de decisiones acertadas y una experiencia intuitiva de compra y de producto acertada, personalizada y continuada. Y por otra, las empresas adquieren la capacidad de transformar al consumidor en “prosumidor” (consumidor proactivo o productivo según autores), es decir, se sirven del Big Data para la predicción de los deseos de sus clientes gracias a algoritmos que entienden y razonan sobre sus necesidades y deseos en tiempo real y permiten la proactividad del consumidor que quiere participar aportando feedback, información útil que puede aprovecharse para mejorar y personalizar productos gracias a la creatividad colectiva nacida del consumo. Esta interacción se verá más acentuadamente cuando los consumidores fabriquen los diseños proporcionados por las marcas en casa gracias a sus impresoras 3D domésticas (consumidores productivos).

 

¿Qué es el Big Data?

El Big Data del que tanto se habla, pero poco se define, no es más que el análisis de datos en ingentes cantidades y provenientes de múltiples fuentes. El objetivo de este análisis para la Industria 4.0 cumple multitud de objetivos como aumentar la eficiencia y la productividad, la mejora en la toma de todo tipo de decisiones, el aumento de la flexibilidad, el cambio en las interrelaciones entre proveedores, productores y clientes, y entre humanos y máquinas, la automatización, etc.

Consumos de energía, datos de procesos internos, datos de clientes, feedback de los pedidos, plazos de entrega, tiempos de reparto, calidad de los materiales, usabilidad de productos, niveles de satisfacción, incidencias, etc. Esa ingente cantidad de datos generados de forma continua por el uso de la red y que están disponibles en Internet es a lo que llamamos Big Data y resultan de mucho interés para las organizaciones.

El problema es que la utilidad del dato, es decir, su valor para las empresas no está tanto en su cantidad, como en su calidad, es decir, por decirlo de alguna manera el valor del dato está en su filtrado y posterior análisis en un plazo de tiempo tal que resulte útil para poder tomar decisiones estratégicas que supongan una ventaja competitiva. La generación de datos y su ingente volumen es de tal magnitud que la dificultad estriba precisamente en convertirlos en datos que porten valor a las compañías, o sea, que sirvan para algo.

Pensemos a nivel industrial la cantidad de información que deberíamos recopilar, procesar, analizar y exponer, por ejemplo, para tomar una única decisión sobre el maestro de producción o sobre el orden adecuado de las referencias en nuestro almacén. Los datos no solo se producen de forma masiva por dispositivos RFID, sensores de temperatura en productos, datos de geolocalización de vehículos, datos sobre búsquedas en la red, redes sociales, portátiles, dispositivos móviles, comentarios, likes, clics en campañas promocionales, tiempos de permanencia en la web, etc. sino que además se producen de forma estructurada y desestructurada.

La eficacia de uso del big data consiste pues, en el análisis provechoso de los datos desestructurados generados en la red, con los datos estructurados generados internamente por la empresa y normalmente procedentes de un ERP, SGA, MRP o un CRM, todo ello para dar respuesta a preguntas que en muchos casos ni siquiera se sabía que se tenían que responder.

Es como si la red fuese un almacén gigantesco de información que debe servirse de forma secuenciada al cliente (empresas) en JIT.

Manejar todo esto con bases de daros relacionales, paquetes de estadísticas o los softwares de visualización estándares no es posible, sería como tratar de secuenciar las referencias de un almacén caótico de memoria, cuando quisiéramos hacerlo ya habríamos llegado tarde y cargados de errores, por tanto, para manejar tanta información a tiempo existen empresas especializadas o softwares (hay algunos de código abierto) específicos para tratar el big data.

Para las empresas el tratamiento correcto del Big data les proporciona fundamentos más sólidos para la toma de decisiones, que los métodos tradicionales. Las empresas que dominan el big data innovan más rápidamente, se adaptan mejor y más deprisa al mercado y pueden anticiparse a la insatisfacción de sus clientes antes de que ésta genere perjuicios que mermen sus beneficios o su imagen.

El ajuste fino del mega volumen de información de forma que proporcione un conocimiento útil para el desarrollo empresarial se denomina Smart data.

Algunas fuentes del Big data:

  • Tráfico en la web de la empresa,  generada por las visitas de los usuarios, cuál es su origen, horas de acceso, secciones más vistas, tiempos, etc.
  • Sistemas de gestión empresarial ERP.
  • Previsiones financieras a nivel mundial y local. Puede referirse a la empresa, a su sector, que puede usarse para la planificación.
  • Publicidad. Conversiones en ventas efectivas, clics en anuncios, porcentaje de éxito de las compras online, etc.
  • Redes sociales. Opiniones y contenidos preferidos que pueden ayudarnos a mejorar nuestra imagen de marca.
  • Revistas especializadas, etc…

 

Conclusiones

Si resulta que hoy en día, y no sólo los nativos digitales, a nivel personal para tomar una única decisión como es la compra de un artículo consultamos recurrentemente en Internet: gamas, colores, precios, opiniones, tiendas, fabricantes, marcas, si se suministra a domicilio, plazos de entrega, experiencias de usuarios, vídeos explicativos de su uso, redes sociales, imaginemos la cantidad de datos que se necesitan para la toma de decisiones acertadas a nivel industrial.

Gracias a la sociedad digitalizada, las empresas de casi cualquier tamaño tienen una visibilidad a nivel global nunca vista y por tanto alcanzan a un número cada vez mayor de clientes que a su vez acceden a productos, servicios y proveedores a los que antes no tenían acceso alguno.

Sacar provecho del tratamiento de toda la información que este tráfico constante de datos que interactúan en la Red junto con los propios que cada empresa genera, marcan una ventaja competitiva para las empresas difícil de igualar por los sistemas de análisis tradicionales.

Sin embargo, su gran ventaja, es decir, la cantidad de información útil existente y disponible es al mismo tiempo uno de sus problemas: su ingente volumen. Un volumen que hay que recolectar, filtrar, analizar, y en definitiva purificar para aumentar su calidad y su valor añadido y además de forma rápida. Para ello es necesaria una gran capacidad de computación ya que los datos no se detienen, se generan masivamente en tiempo real cambiando a cada segundo lo que hace que su obsolescencia sea rápida, a lo que hay que unir la nada descartable dificultad de distinguir los verdaderos de los falsos (generados intencionadamente).

El verdadero valor de todos esos datos es su calidad y utilidad para nosotros una vez hayan sido transformados en información útil que pueda servirnos para tomar decisiones estratégicas, de diseño, de imagen, de producción, logísticas, de atención al cliente, etc.

 

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