Cadena de suministro: cambios que han llegado para quedarse

  • Actualizado: 22 marzo 2022
  • Publicado por primera vez: 5 agosto 2020

 

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En la próxima década, la actividad de la logística va a sufrir cambios que en parte ya venían produciéndose pero que, por el efecto de esta nueva situación de pandemia, parecen haberse acelerado.

Los cambios en nuestra vida social, la aparición de nuevos modelos de negocio, espectaculares avances en el mundo de las tecnologías, la hiperconectividad, el aumento del ecommerce, todo esto marcará las tendencias de la cadena de suministro y de la industria de la logística en general. Aunque nos parezca que vivimos en un mundo conectado, en los próximos años veremos cómo este mundo empezará a incluir en su entorno conectado a los objetos. A todos los objetos. Las redes inalámbricas de próxima generación actuarán como revulsivo para esta expansión del mundo conectado.

Como siempre, será el cliente el que marcará la tendencia, el camino a seguir. Un cliente ultrainformado que vivirá en una sociedad totalmente conectada, que convivirá con almacenes inteligentes tanto industriales como domésticos, que extraerá y depositará grandes cantidades de información en la nube y que se servirá del Big Data y de la computación en la nube al servicio de la inteligencia artificial (AI) para tomar las mejores decisiones de servicio y de compra. Un cliente que entre otras cosas exigirá de la logística: información, trazabilidad total y en tiempo real de todo lo que tenga que ver con su envío; rapidez en la entrega, sobre todo, en el mercado B2C, no es que siempre vaya a exigir de la cadena que se le sirvan productos en menos de dos horas, pero exigirá que esté preparada para ello en caso de que lo necesite; eficacia en el cumplimiento de los plazos acordados, sin errores de producto, sin deterioros, etc. exigirá simplemente que cumpla con sus expectativas y flexibilidad o personalización del servicio.

Los cambios tecnológicos y sociales en los clientes supondrán cambios en la cadena de suministro ya que ésta deberá adaptarse a su nuevo entorno y mejorar el servicio conforme aumenten las exigencias de la demanda.

 

Cambios en la cadena de suministro

  • Tratamiento del Big Data

Logística y Big Data encajan como dos piezas de un rompecabezas. La cadena de suministro genera una ingente cantidad de transacciones físicas que se reflejan en una enorme cantidad de información. Al mismo tiempo los consumidores generan información cuando buscan productos, muestran intenciones, historiales de compra, localizaciones, etc. Dentro de muy poco tiempo, objetos que hoy en día no lo están también estarán conectados, de hecho, serán la gran mayoría y por supuesto también proporcionarán ingentes cantidades de información. El análisis cruzado de todos esos datos puede proporcionar resultados tan interesantes como que seremos capaces de prever cómo será el envío que tendremos que realizar, antes de que el propio consumidor realice la compra. Habrá un cierto margen de error, pero irá disminuyendo conforme el análisis prospere y se perfeccione.

Pensemos que la AI y el tratamiento del Big Data no sólo estará al servicio de la cadena de suministro, sin embargo, sí repercutirá en cambios en la misma. Pensemos que todo ese análisis también trabajará para el cliente final y le ayudará a decidir, por ejemplo, qué compañía elegir de entre todas las que den cobertura en su zona en base a múltiples datos que estarán disponibles en la nube como, opiniones, cumplimiento de plazos, rapidez, eficacia de cada compañía en la zona, nivel de servicio, etc. Es más, si esta elección basada en el tratamiento inteligente del Big Data en la nube no la hace el cliente final a través de aplicaciones al uso lo harán los propios marketplaces, los retailers, los proveedores, las marcas, distribuidores, etc. con tal de personalizar y por tanto mejorar el servicio a sus clientes. Eso en los casos en que no opten por un servicio integral propio.

 

  • Tecnologización y automatización

La tecnología es un factor fundamental para alcanzar el máximo rendimiento al menor coste. Siempre lo ha sido. Las redes inalámbricas de nueva generación únicamente van a facilitar que la aplicación de todo tipo de tecnología en este sentido se implante a mayor velocidad y no sólo en lo que respecta a la cadena de suministro.

Por otro lado, si queremos rapidez, eficacia y flexibilidad en la cadena de suministro disminuyendo errores y mejorando el nivel de servicio tendremos que redefinir el papel que va a jugar dentro de ella el ser humano. La cadena de suministro deberá relegar las tareas de esfuerzo, rutinarias, repetitivas y/o peligrosas a los automatismos de manera que las tareas humanas queden únicamente relacionadas con aquello que los robots no puedan realizar, es decir, tareas relacionadas con la razón, y para ello, un sistema SGA será de un grán apoyo. El objetivo no es otro que ganar en flexibilidad para adaptarse a los continuos cambios de la demanda.

 

  • Sostenibilidad

Ya no es una tendencia, de facto, es una realidad que va imponiéndose poco a poco. No es que la cadena de suministro camine hacia la sostenibilidad de todas sus operaciones, es que el mundo entero lo está haciendo. Caminamos hacia la electrificación de flotas e instalaciones logísticas y en breve, será un requisito primordial para poder trabajar.

 

 

¿En qué se cristalizan todos estos cambios?

 

  • La tecnología aumenta el rendimiento de las operaciones y reduce costes a la vez que elimina despilfarros y aumenta la eficacia en toda la cadena. Tenemos almacenes inteligentes con capacidad de anticipación de la demanda. Gracias a la robótica, a la automatización, al IoT el tratamiento del Big Data y los sistemas de AI podemos gestionar flotas de forma inteligente adaptándolas en tiempo real a los cambios de la demanda. Es decir, en base a las compras realizadas y apoyándonos en tecnología actual ya podemos definir las rutas de mañana que en nada tienen por qué parecerse a las que hemos trazado hoy. Podemos geolocalizar los transportes que van a abastecernos y preparar las instalaciones del almacén inteligente para recibir la mercancía según el orden real de llegada determinado por su velocidad, condiciones del tráfico, horas de conducción, etc. podemos reajustarla cuando estén a poca distancia de nuestro almacén inteligente de manera que la posibilidad de incidencia sea prácticamente nula. El transporte puede recibir la asignación de su muelle de descarga y dirigirse a él y ser descargado de forma automática en menos de cinco minutos.
  • En base a la demanda generada por los diferentes puntos de fabricación o clientes finales se automatizará la logistica. La mercancía podrá ser redirigida directamente a la zona de picking o a los muelles de salida por crossdocking, sin intervención humana alguna. Podemos dar la entrada de la mercancía, comprobar el estado de la misma, pesarla, medirla, ubicarla, etc. de forma completamente autónoma.
  • Los puntos de venta se autosugestionarán de forma eficiente. En base a los distintos niveles de stock disponible, la capacidad productiva, etc. pueden anticiparse a la llegada del producto que necesitan para reabastecerse, pueden cambiar el plan de producción para adaptarse a la llegada de ciertas referencias desde mucho antes de que se recepcionen. Para expedir la mercancía el propio sistema del almacén inteligente puede tramitar la orden de transporte al operador que menor carga de trabajo tenga en el momento de la expedición, el que tenga transportes no contaminantes más próximos, con la capacidad que necesitemos, tiempo de respuesta, cumplimiento de plazos en la zona de destino, etc.

Todo esto es ya, tecnológicamente hablando, una realidad que ha venido para quedarse y aunque todavía no esté muy extendida, a buen seguro, en menos de un lustro formará parte de la cotidianidad de la cadena de suministro.

 

Conclusiones

Con el machine learning, equipos y máquinas tomando decisiones autónomas en base a datos internos, recabados de sus sensores, o recabados en la nube, la industria manufacturera avanzará hacia modelos de fabricación inteligentes, flexibles y altamente eficientes. Estos modelos de fabricación requerirán una gestión de pedidos inteligente que responda a cambios en la demanda y en la distribución de mercancías. Claro, ante esta nueva perspectiva se requerirán cambios profundos en la cadena de suministro de manera que se tenga una visión global de la misma, capaz de entregar pedidos con precisión en plazo y de forma que sea rentable y eficaz, es decir, que sea capaz de cumplir con las perspectivas de los clientes: servir el producto del punto A al B al menor coste posible.

Pero las exigencias del cliente irán mucho más allá: quizá no sea tan descabellado pensar que en un futuro próximo hiperconectado sea el cliente final el que elija al operador logístico en función del servicio que ofrezca en su zona, en lugar de venirle impuesto por el comercio.

El cliente está a un clic de la competencia, vive hiperinformado y por tanto se ha vuelto ultra exigente. En un mercado en el que proveedores, fabricantes y clientes están tan conectados y tan bien informados es lógico pensar que sobrevendrán cambios importantes en la cadena de suministro como parte fundamental de la actividad y mantenimiento del sistema.

La integración de la logística en entornos domésticos inteligentes está a la vuelta de la esquina y sabemos que nuestro hogar inteligente, que no es más que nuestro almacén inteligente particular, será capaz de gestionar parte de nuestra vida mejor que nosotros mismos.

Ningún avance será temporal, todo lo que lleve a la optimización de la gestión de la cadena de suministro cobrará un grado de importancia que crecerá de forma exponencial en la medida en que vayamos dejando parte de la toma de decisiones de nuestra vida personal y profesional en manos de sistemas inteligentes, mucho más rápidos, adaptables y eficientes que nosotros mismos.

 

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