RFID, CÓMO SE APLICA A LA GESTIÓN LOGÍSTICA

  • Actualizado: 28 noviembre 2022
  • Publicado por primera vez: 28 noviembre 2022

RFID, CÓMO SE APLICA A LA GESTIÓN LOGÍSTICA*
La primera pregunta que nos hacemos es ¿Qué es el RFID?

El sistema de identificación por radiofrecuencia, más conocido por RFID, acrónimo de su nombre en inglés “radio frequency identification” es una tecnología de identificación automática y captura de datos que, en lugar de utilizar etiquetas impresas con códigos de barras, utiliza etiquetas preparadas para transmitir datos codificados a través de ondas de radio o Bluetooth.

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¿Qué necesita un sistema RFID para poder ser utilizado?

Las partes que necesita un sistema de identificación por radiofrecuencia son los mismos que los que actualmente se utilizan para la lectura de códigos de barras:

1.- Una etiqueta especial para el sistema.

Esta etiqueta, además de poder llevar impresiones, consta de un circuito integrado y una antena. El primero es donde se almacenan los datos, y la antena es la que los recibe y transmite. Hay etiquetas activas y pasivas:

  • Activas: cuentan con batería propia y tienen un gran alcance y pueden emitir señales periódicas, lo que las hace especialmente útiles en tareas de localización.
  • Pasivas: sin batería propia. Permanecen inactivas hasta que reciben el “estímulo” del lector y emiten su información.

2.- Un lector de radiofrecuencia.

Este lector, gracias a su componente principal llamado “transceptor”, envía una señal a la etiqueta que la activa y le permite recibir los datos integrados en ella para que el lector los reciba y procese, todo en una misma operación. Pueden ser fijos o móviles.

 

¿Qué aplicaciones tiene RFID en la gestión logística?

Las aplicaciones en la gestión logística de este sistema de identificación y captura de datos vienen dadas por sus grandes ventajas sobre otros sistemas ya en uso:

  • Etiquetas con memoria: es decir, capacidad de almacenamiento de datos. Esto, además de capacidad, posibilita variabilidad en la información útil para la gestión logística, pero sin tener que soportar los límites de capacidad de un código.

  • Puede reescribirse: esta tecnología permite leer, pero también añadir, quitar o reescribir información en tiempo real en la misma etiqueta. Poder añadir información adicional de cada proceso ofrece ventajas muy interesantes en trazabilidad, respecto a otros sistemas de identificación.

  • No requiere línea de visión directa, entre el lector y la etiqueta como en los sistemas ópticos. Esto permite identificar objetos que están dentro de una caja sin necesidad de abrirla, o permite identificar objetos al paso de una cinta transportadora, sin que tengamos que preocuparnos por la posición de dichos objetos.

“Lecturas más fiables que no dependen de la calidad de una impresión”

 

  • Lectura a distancia: el alcance de lectura influye en el tiempo que conlleva cada operación de identificación, como ocurre en un control de inventario anual. El sistema RFID alcanza grandes distancias de lectura que pueden llegar a superar los 10 metros.

“Tener que invertir tiempo en bajar o no, una serie de palés puede depender únicamente de la distancia a la que el lector sea capaz de identificarlos”

 

  • Lectura masiva: si configuramos el sistema SGA para una lectura masiva de datos, un arco de lectura puede identificar varias referencias de forma simultánea cuando lo están atravesando. Cuando pensamos en esta capacidad del sistema RFID, pensamos en el carro de la compra que se autofactura, pero un escáner de radiofrecuencia también es capaz de leer todos los palés de una ubicación o de una carga en un transporte.

  • Actualización en tiempo real: el sistema de RFID, al estar integrado con el sistema SGA a través de la red inalámbrica de la instalación, permite que tanto la información de cada etiqueta como la información del sistema SGA estén permanentemente actualizados. Conectado a los lectores situados en los muelles de carga y descarga, el software nos permite tener una visión real e instantánea de todo lo que entra y sale del almacén. Además, en la gestión logística interna de una empresa, situar varios de estos lectores en puntos estratégicos de la planta puede darnos una visión fiable y en tiempo real del recorrido de cada referencia.

  • Prevención de extravíos: gracias a la ventaja anterior obtenemos otra utilidad para la gestión logística, como impedir salidas no autorizadas de producto y dificultar el extravío accidental.

“Un mejor seguimiento evita extravíos y ayuda en la prevención del robo”

 

  • No se degrada fácilmente: esta ventaja supera ampliamente a los actuales sistemas de identificación de códigos de barras. Las etiquetas de los sistemas de radiofrecuencia soportan sin degradarse condiciones climáticas mucho más extremas, resisten la acción de productos químicos, y cumplen su función incluso soportando un manejo inadecuado, golpes, etc.

Las limitaciones de un sistema RFID.

1.- El coste.

Si partimos de cero y comparándolo con el coste de implantación del sistema de lectura de código de barras, los sistemas de radiofrecuencia requieren equipos, etiquetadoras y lectores más costosos. Pero también lleva asociados otros incrementos como el coste de adaptar nuestro sistema SGA a esta nueva forma de recibir y transmitir información y, por descontado, los costes de mantenimiento de esta tecnología.

 

2.- Falta de precisión en casos concretos.

En el caso de que las etiquetas están demasiado juntas, puede dar lugar a que  un mismo lector puede activar varias a la vez. Lo que resulta una ventaja por su capacidad de lectura masiva, a la hora de ejecutar operaciones como el picking, el sistema de radiofrecuencia puede no ser tan útil, un picker puede no saber muy bien qué referencia está identificando.

 

3.- Líquidos y metales.

Los sistemas por radiofrecuencia tienen dificultades cuando trabajan rodeados de metales o líquidos. Las señales rebotan en los metales y son absorbidas por los líquidos lo que puede provocar desde problemas de lectura a interferencias que impidan la operativa.

“Es una tecnología que no acaba de entenderse bien con líquidos y metales”

 

4.- Comprensión y compatibilidad

La correcta comprensión de cómo funciona este sistema y los cambios que acarrea, resulta fundamental para sacarle todo el rendimiento, pero la cantidad de tipos de etiquetas y frecuencias no facilita esta labor. Aparte de eso, es importante tener en cuenta detalles poco conocidos como la compatibilidad internacional, es decir, que debe funcionar perfectamente con otros sistemas de frecuencias presentes en la gestión logística con RFID en otros países, e incluso con los puntos de la cadena logística que no tienen este tipo de tecnología a su disposición.

 

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