INFLUENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA CADENA DE SUMINISTRO

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El cambio climático está teniendo un impacto cada vez mayor en la cadena de suministro de muchas empresas, tanto a nivel local como internacional. Sus efectos se sienten en todo el mundo, y cada vez, más empresas están teniendo que hacer frente a los retos que plantea.

Estos efectos pueden impactar en la cadena de suministro de muchas maneras. Lo que es una evidencia, es que los cambios en el clima, está teniendo un impacto directo en la capacidad de las empresas para producir y transportar sus productos a los clientes ya que entre otros:

• reducen la disponibilidad de ciertos recursos, como el agua, fundamental para la producción de casi cualquier tipo de producto
• también están afectando a los medios de transporte, debido a que cada vez hay más condiciones meteorológicas extremas y adversas.
• cada vez más, consumidores están buscando productos que sean sostenibles y que no dañen el medio ambiente. Esto está reorientando los esfuerzos de las empresas para cambiar la forma en la que producen sus productos, y también está impactando en la forma en la que se distribuyen.

Todo ello está teniendo un impacto cada vez mayor en la economía mundial. El aumento de la demanda de productos sostenibles, la escasez de ciertos recursos y los cambios en el transporte están teniendo un impacto significativo en la forma en la que se están llevando a cabo las operaciones de muchas empresas.

Es una evidencia que el cambio climático continuará afectando de forma directa al mundo de los negocios, luego es muy probable que veamos  en un futuro más cambios significativos en la cadena de distribución. Las empresas tendrán que adaptarse a los nuevos retos y a la nueva realidad del mercado, y será cada vez más importante que se centren en la sostenibilidad.

Efectos del cambio climático sobre la cadena de suministro

Como acabará afectando el cambio climático sobre la cadena de suministro es un misterio que dependerá del grado de deterioro climático al que acabemos llegando. Pero sí que hay ciertos puntos en los que podemos tener algo más de previsión de sus efectos a corto plazo.

• Efectos sobre el comercio marítimo internacional

  En primer lugar, el aumento del nivel del mar está afectando a los puertos, especialmente aquellos situados en zonas bajas. Además, está afectando a la seguridad de las rutas marítimas, ya que los huracanes y otros eventos climáticos extremos están ocurriendo con mayor frecuencia y están causando interrupciones frecuentes y daños. 

  El gran problema del cambio climático es su duración, debemos considerar sus efectos como permanentes y, por tanto, con toda probabilidad, los recursos necesarios para “elevar/reparar/reubicar” todas las infraestructuras que se verán afectadas por el sobradamente anunciado aumento del nivel del mar, sean insuficientes debido a que la afectación no será progresiva sino más bien simultánea en todo el mundo.

• Disminución de la disponibilidad de agua.

  Las sequías se extienden por todo el mundo y reducen la disponibilidad de agua para el cultivo de los alimentos. Esto está teniendo un impacto directo en la cadena de suministro, ya que al verse mermada la disponibilidad de superficie de cultivo viable y con ella la disponibilidad de alimentos, los países productores quedan más expuestos a conflictos originados por la competencia por el agua y el suelo fértil. Conflictos que, como todos estamos sufriendo, generan escasez de las materias primas, aumento de costos, precios elevados, cambios bruscos de las rutas de distribución, aumento de inflación y crisis de abastecimientos.

• Efectos de la transición energética

  A medida que aumente el costo de las emisiones de carbono, surjan regulaciones más estrictas y se eleven los efectos extremos climáticos asociados, la presión hacia una transición energética en los medios de transporte de mercancías se acrecentará y radicalizará en todo el mundo. La cadena de distribución tendrá que subsistir siendo igualmente viable y abasteciendo a un mercado con menos emisiones. Las implicaciones de este cambio de modelo sobre las flotas de barcos y camiones a nivel mundial son ciertamente incalculables. Los gobiernos han previsto una transición más o menos progresiva, pero, ¿será el mercado de las nuevas generaciones tan benévolo?

• Aumento de los desastres naturales.

  El cambio climático está aumentando la frecuencia y la intensidad de los desastres naturales, lo que a su vez tiene efectos directos sobre la producción y la distribución de los productos, no sólo de los alimentarios. Por una parte, es fácil prever un aumento de frecuencia en cuanto a las interrupciones y fallos por daños en las infraestructuras de los canales de distribución por inundaciones, olas de calor, huracanes o tormentas extremas por mencionar algunos. Es factible anticipar que las interrupciones no serán permanentes, pero tendremos que acostumbrarnos a períodos de escasez o desabastecimiento de determinados productos que se concentran en áreas concretas del mundo. La globalización tiene efectos beneficiosos, pero a cambio ha provocado que cuando un país productor estornuda, medio mundo se constipe.

• Packaging

  Las inversiones en investigación sobre materiales para un packaging con menor impacto climático están aumentando y dando sus frutos. No hay una solución perfecta dado que a la hora de elegir un material concreto se deben tener en cuenta diversos factores como principalmente su función, el impacto medioambiental de su producción, la vida útil del producto, las legislaciones de diversos países y sus infraestructuras disponibles para el reciclaje. Están surgiendo nuevas ideas y productos como un papel estirable que es capaz de envolver incluso palés pesados en sustitución del film plástico.

• Los almacenes

  Un eslabón tan importante en la cadena no quedará exento de consecuencias debidas a los cambios del clima. Todo lo expuesto anteriormente impactará directamente sobre la operativa, los medios de manutención necesarios y los niveles de stock. Será necesario renovar la maquinaria necesaria tanto para la manipulación de mercancías, como para poder soportar sus nuevos materiales para el empaquetado y enfardado, y veremos cómo las interrupciones y reanudaciones de los abastecimientos provocados por el clima, impactan en los niveles de stock.

  Por tanto, será necesaria una gestión mucho más precisa y un mayor control proporcionado por un sistema SGA. El sistema SGA no sólo servirá de apoyo en las previsiones de la demanda, sino que tendrá que revisar aguas arriba la cadena para prever, dependiendo de la época del año, los desabastecimientos, aumentando los niveles de stock de ciertos productos para minimizar el impacto de un desabastecimiento de duración incierta.

Que podemos esperar en el futuro

La inestabilidad climática afecta a todos los ámbitos de nuestra vida y la cadena de suministro no es una excepción. Vivimos y actuamos según el clima y cada vez más, producimos y transportamos si el clima extremo lo permite.

El comercio marítimo verá cómo el aumento del nivel del mar influirá en la operativa de multitud de puertos, especialmente aquellos situados en zonas bajas. Los picos de clima extremo están afectando a la seguridad de las rutas marítimas, que o bien cambiarán, o bien se concentrarán en ventanas climáticas más seguras, ya que los huracanes y otros eventos climáticos extremos están ocurriendo con mayor frecuencia y están causando más daños.

El transporte en general sufrirá cambios en todas sus flotas de forma más o menos progresiva. La transición energética es un hecho que cambiará la forma de transportar mercancías. Se utilizarán flotas que no utilicen combustibles fósiles con una huella de carbono muy reducida.

Al aumentar los eventos climáticos extremos, es decir, la frecuencia e intensidad de las tormentas, heladas, olas de calor, huracanes, etc. se provocan muchos más daños en las infraestructuras del transporte. Eso unido a la concentración de la producción de ciertos bienes en determinados países, redunda en demoras o interrupciones en los abastecimientos cada vez más prolongadas.

Los almacenes serán los reguladores de muchos de los efectos del cambio climático. Una buena forma de lograrlo es anticiparse, lo cual sólo es posible apoyándose en la tecnología como la que nos proporciona un sistema SGA. Con la ayuda de un buen sistema SGA los almacenes podrán ejercer de forma eficiente su función principal, que es la de regular las diferencias entre la demanda y el abastecimiento. Diferencias que oscilarán, dentro de pocos años, en función del clima.

*Imagen de storyset en Freepik

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