
De una forma tácita o expresa, la mejora continua es una práctica habitual en cualquier empresa, por pequeña que sea, para aumentar su competitividad en el mercado y superar problemas recurrentes. Puede referirse a muchos ámbitos de la empresa como la calidad y fiabilidad del producto, la eficiencia de la organización, la comunicación interna y externa, la gestión del conocimiento o la prestación de servicios, entre muchas otras.
Debido a la mayor digitalización de las empresas, es casi seguro que cualquiera de esas mejoras requiera cambios de alguna de las múltiples aplicaciones utilizadas. Muchas de ellas, requerirán cambios en su sistema ERP. Cambiar el ERP puede llegar a ser, por tanto, una necesidad.
Es importante comprender cómo proceder a la hora de cambiar el ERP de nuestra empresa. De lo contrario, cambiar el ERP, puede llegar a ser visto como una barrera desmotivadora por parte de los usuarios, incapaces de hacer mejorar los procesos porque no pueden conseguir que el sistema cambie.
La facilidad para cambiar el ERP es tan importante que puede llegar a ser un factor determinante en su selección.
A continuación vamos a exponer algunas consideraciones que entendemos que son necesarias para facilitar el éxito de cualquier proceso de cambio en tecnologías de la información y gestión.
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